Seguramente has escuchado o sabes algo sobre la impresión 3D, ya que es una tecnología ampliamente utilizada en distintas áreas. La impresión 3D es un proceso de fabricación controlada que genera un producto mediante la colocación de material capa por capa. Recientemente esta aplicación se ha extendido a la industria de los alimentos, simplificando así su producción.
La nutrición personalizada es de particular interés en el área de los alimentos, porque abre la posibilidad de imprimir materiales con un contenido nutrimental específico diseñado para requerimientos particulares. El diseño de estas formulaciones podría ser de interés para grupos con ciertos requerimientos nutrimentales como atletas, mujeres embarazadas, hipertensos, inmunodeprimidos, entre otros . Todo esto es posible gracias a dicha tecnología.
la impresión 3D de alimentos permite el diseño y la fabricación de alimentos saludables basados en necesidades individuales, controlando la cantidad de material y su contenido nutrimental, así como su diseño y textura . Por lo anterior, su aplicación e impacto puede extenderse a hospitales, escuelas o centros deportivos, y controlar por medio de esta tecnología la ingesta de calorías, vitaminas, alérgenos y hasta la experiencia sensorial.
¿Y por qué no estamos imprimiendo nuestros alimentos ya?
El reto se extiende a que, una vez impreso y sin colapsar, el alimento tenga características sensoriales agradables, no sólo de color y sabor, sino de textura. La impresión 3D por extrusión tiene el potencial de crear un amplio rango formas y figuras geométricas, creando diferentes estructuras mediante la modificación de los patrones con los que se imprimen los materiales.
dependiendo del alimento y de la población objetivo, es opcional la aplicación de un post-procesamiento (horneado, secado o freído) que también tiene un efecto en el producto final y su consumo. Todo lo anterior genera texturas diferentes, impacta en la percepción del consumidor y cambia las propiedades mecánicas del alimento.
La importancia de la flexibilidad de esta tecnología, aunada al post-procesamiento, para producir diferentes texturas y formas radica en la posibilidad de:
- Producir alimentos para poblaciones con problemas para deglutir o masticar
- Incrementar el consumo de frutas y vegetales en la población infantil
- Desarrollar alimentos con menos contenido de azúcar, grasa o sal, entre otros.
Los Supersónicos nos están alcanzando. Estamos muy cerca de tener en nuestra cocina una impresora a la cual le indiquemos con un botón nuestros deseos alimenticios: de sabor, de cantidad, de calorías, de nutrientes, sin gluten, con lactosa, alto en proteína, bajo en carbohidratos… Cada vez las tecnologías se abaratan más y esto será una posibilidad y parte de nuestro día a día. La impresión 3D de alimentos nos acerca a lo que dijo Hipócrates: “Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina”.